La Siembra

Ya es una realidad. Ayer nos metimos el curro de sembrar el trigo.

El ser "cerealistas de finde" tiene algunos inconvenientes. Si ya es difícil ser agricultor y adaptar tus tareas a lo que te trae el tiempo, mas difícil áun es acoplar esos trabajos a estrictamente los fines de semana que te deja tu trabajo de lunes a viernes.

Como ya contamos en el anterior post las lluvias de la semana pasada nos dejaron 69 litros por metro cuadrado. Todo ello después de un periodo bastante seco, que han hecho que nuestra falsa siembra fuera bastante inefectiva, pues tan sólo se habían animado algunas trevinas a cubrir algo del terreno.

Queríamos plantar para la Concepción, y el problema es que estaban anunciadas más lluvias para este puente. Si dejábamos sin sembrar estos días sólo dispondríamos de dos fines de semana más antes de la Navidad, y luego ya sería muy tarde. Por otro lado la tierra estaba un pelín húmeda que no es que sea perfecto para tocar el terreno, menos aún cuando tiene contenido en arcillas.

Había que tomar una decisión y nos arriesgamos a sembrar ayer a contrareloj contra un frente que entraba a medida que avanzaba el día (eso es lo que estaba anunciado).

A todo esto contábamos con dos herramientas prestadas que nos iban a ser de mucha ayuda: un motocultor y una sembradora manual. Desde aquí damos mil gracias a la persona  que nos lo dejó y que tanto nos está ayudando con este proyecto, aunque diga no tener experiencia con cereal.

Mientras uno se puso con el motocultor, otro pasaba la sembradora manual, y los otros dos rastrillaban y quitaban los tronquitos de hinojos que aún quedaban para que la sembradora pudiera correr mas fácilmente.

Motocultor trabajando superficialmente el terreno

Pese a las copiosas lluvias del 28 y 29 de Noviembre, el terreno aun se presentaba bastante esponjoso de manera que se decidió pasar el motocultor de manera superficial. Calculo que R. lo tuvo preparado en una horita.

La Harley-sembradora

Mientras tanto la sembradora iba dando sus pasadas, en líneas paralelas cada 10 cms. La sembradora manual va introduciendo la semilla en un surco que ella misma va creando, para luego ir aporcando el terreno sobre el surquito y luego aplastarlo con una ruedita. Las semillas van siendo soltadas con la frecuencia que uno desea gracias a unas plantillas que regulan el paso de ellas. Todo un invento que no suele utilizarse con cereal, pero dado que nuestra maestría en la siembra a voleo es nula pensamos que era lo mejor.

Lo malo era que la humedad del terreno hacía que la máquina se quedara trabada, y por tanto había que ejercer un montón de fuerza sobre ella para conseguir hacerla avanzar. Lo mejor era dejar caer todo el peso de tu cuerpo sobre ella. Mientras tanto debes estar concentrado vigilando que se está produciendo la caída del material en el surco, que estás avanzando de manera paralela al surco anteriormente realizado, que no se está enganchando demasiado material en el gancho de roturación, o que la rueda no acumulara tanto barro que la impidiese rotar... como decía uno de nosotros "el trabajo era agotador mentalmente de la cantidad de cosas en las que había que estar concentrado".

Ea-seed Rider: A toda mecha con la siembra

Las nubes entraban rápido y las nieblas eran frecuentes en el terreno. Teníamos la sensación que de un momento a otro se pondría a descargar, teniendo que dejar los trabajos a medio hacer. Ni parada para la comida ni leches, había que darle fuerte hasta terminar. El estrés de la nube encima nos hizo recapacitar, y decidimos que un equipo sembraría a voleo, mientras otro continuaba con la sembradora.

Lo de la siembra a boleo es todo un arte, que evidentemente ninguno de nosotros tiene. El libro de J. Carlos García Luis "Del grano al gofio" recoge muy bien los testimonios relatados por los viejos del lugar:

"El trigo, en el momento de ser sembrado, no debía soltarse al puñado. Tenía que salir chispiadito, para que no formara bosteras. Se conducía, en su salida del puño, por el dedo índice, dejando algunos granos entre los dedos meñique y anular. La mano simulaba en el aire un semicírculo a la altura del pecho. Para que el terreno se considerara perfectamente sembrado y el trigo repartido de forma homogénea, en el espacio que ocupaba una mano abierta debía contabilizarse cinco granos..."¡Como usté m'está oyendo! ¡Ni uno más ni uno menos! ¡Cinco granitos! Y se conseguía, porque a cada paso ¡ahí te día una manita de trigo! Con decirle que había quien sembrara el trigo a voleo que ni puesto uno a uno con el dedo salía tan bien colocadito".

"Que nunca falle en la siembra

tres cosas, según mi abuelo:

paso justo, puño diestro

y trigo en el sementero"

Sembrando a voleo o ¿dando de comer a las palomas?

Obviamente no era nuestro caso. La mano pretendía esparcer la semilla lo más posible pero misteriosamente acababan todas en una superficie pequeña, quedando el resto sin semilla alguna. Así que el que venía después con el rastrillo intentaba distribuirlas un poco más uniformemente a la par que las cubría someramente.

Fueron ocho horas sin parar, y quedó todo el trigo plantado. No cayó ni una gota del cielo. Al final quedó un cuarto del terreno hecho a voleo y el resto a surquitos con sembradora. 6 kilos para 600 m2, a kilo por cada 100m2, que fue justo lo que más o menos nos habían indicado. Nuestra impresión es que con la sembradora se "ahorra" semilla pues la plantación es más eficiente. Eso sí, hoy los cuatro estamos reventados, nos duelen hasta las pestañas y el simple hecho de hacer la cama nos ha parecido un deporte de alto riesgo.

Las variedades que plantamos se las debemos a gente que tienen mucho en común: primero creer todos en la conservación de la biodiversidad agraria, segundo habernos infundido energía en nuestro proyecto y tercero ser todos maravillosos. Bien merece dedicarle un post completo a las organizaciones que nos facilitaron la semilla y a las variedades escogidas, que fueron:

5 kg de Barbilla de Buenavista del Norte, cedido por el CCBAT
500 gr de Trigo Duro Plaganudo de La Laguna, cedido por el CCBAT
500 gr de Triticum turgidum subps. polonicum, cedido por Triticatum
200 gr de Barbilla Colorao de Icod Alto, cedido por la Red Canaria de Semillas 

"Pa gofio me valen todos

que quiere que yo le diga,

pero sin duda el barbillo

quien más jace a la barriga"

Surquitos cada 10 cms, y voleado al fondo

Ahora a rezar para que caiga agua del cielo. El frente que tanto nos presionó durante la siembra no dejó ni una gota, pero estamos seguros que esta semana el cielo nos regará el trigo. Ahora al salir de casa no hacemos mas que mirar arriba.