Que queremos sembrar el 8 de Diciembre ya lo tenemos claro. No vamos a ser nosotros quien contradiga a la sabiduría popular: "con sazón o sin sazón se siembra en la Concepción" :-)
Así que empezamos a hacer las cuentas hacia atrás... la falsa siembra con un mínimo de 4 semanas de anterioridad: 4 de Noviembre. Lo cual, nos deja con el stress de tener que buscar un tractor para antes de esa fecha, y dejarle el terreno listo para hacer sus trabajos. Conclusión: nos tenemos que poner a desbrozar ya !!
Las herramientas que teníamos en ese momento no eran mas que unas tijeras de poda, un serrucho y una hoz (la "jose"). Manos a la obra. A las 8 caían chuzos de punta, así que nos pusimos a trabajar a eso de las 10, quedándose un sol brillante y cielo azul.
En plena lucha, "jose" en mano contra los hinojos |
Frente de lucha y avance hacia el interior de la selva hinojera |
Cada uno de nosotros metido entre un bosquete de hierbas, serrucho y hoz en mano, me recordaba a esos documentales de los osos panda comiendo en los bosques de bambú. Las ramas se movían de un lado a otro, hasta que caían al suelo.
El suelo estaba principalmente lleno de hinojos; tederas y algunas retamas. No sabemos bien, cuanto tiempo habrá pasado desde la última vez que se plantó en este terreno, pero a juzgar por los troncos de algunas de las plantas y arbustos que allí se encuentran sospechamos que más de cinco.
De todo se aprende. Eso es una de las principales razones por las que nos hemos puesto con este proyecto ¿o no? Con casi todo el terreno prácticamente desbrozado, después de 3 horitas de buena marcha, recibimos la visita el señor del tractor para que pudiera valorar el trabajo. Después de su saludo dijo: “No se vuelvan locos con los hinojos, la máquina le deja eso completamente machacado y se lo mezclo con la tierra”. Vaya…
Drebroce completado |
Nuestro terreno tiene bastante contenido en arcillas. Lo conocemos bien, pues el huertito de hortalizas que tenemos está relativamente cerca y con aquello podemos hacer hasta figuritas de cerámica… los terrenos arcillosos tienen tendencia a retener demasiado el agua, y a hacerse compactos que no es nada bueno para las plantas. Por eso la regla de oro para los terrenos arcillosos es acolchar, acolchar y acolchar. Aportando materia vegetal al interior del suelo se consigue corregir el terreno haciéndolo poco a poco más ligero, o lo que se dice “soltarlo”. Ya lo dice la sabiduría popular:
"En terrenito suelto,
de una semilla, ciento"
Hay quien también agrega arena, corteza de pino, árido calizo, cal muerta, conchas de moluscos machacadas, etc. Por eso esparcimos todos los hinojos por el terreno, con la intención de que el tractor lo incorpore al suelo. Este es el aspecto que presentaba nuestro suelo cubierto de hinojos al final de la jornada:
Camita de hinojo al final del día |
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