lunes, 20 de febrero de 2012

Fuego de San Antonio (más limpieza)

A propósito de la limpieza de trigo, leyendo múltiples fuentes llego a una de las impurezas que pudiera contener el grano: el cornezuelo de centeno.
Busco en wikipedia donde dice: “Se desarrolla en el ovario del centeno, y abunda en los años húmedos en campos descuidados de este cereal. Es frecuente en comarcas lluviosas de la Península Ibérica, sobre todo en Galicia y norte de Portugal, Tenerife, Mogador y sur de Rusia.”  ¿Tenerife? ¿Cómo que Tenerife? Mira tú que bien… así que el asunto este de la limpieza hay que tomarlo con cierta seriedad, que si nos queremos meter "un viaje", preferiríamos decidir cuándo, dónde y de qué manera y no después de comernos un bocata de nuestro pan. "Viaje" por llamarlo de alguna manera, que cuando uno busca info sobre las intoxicaciones que producía el hongito parece que no le apetece mucho intoxicarse con él, a no ser que queramos convertirnos en un personaje de cuadro bosquiano.

The Temptations of Saint Anthony, de El Bosco, quien parece que sufrió años de ergotismo.
Antes del conocimiento de este simpático hongo, por allá por el siglo XI,  era común una enfermedad que comenzaba con un escalofrío en brazos y piernas, al que le seguía una angustiosa sensación de quemazón. A aquello se le llamaba Fuego sagrado, fuego sacro (Ignis sacer), Mal de los ardientes, Fuego infernal o, sobre todo Fuego de San Antonio. Parecía que las extremidades iban consumiéndose por un fuego interno, se tornaban negras, arrugadas y terminaban por desprenderse, “como si las hubiesen cortado con una hacha”.

La enfermedad era tomada como un castigo divino pero no al enfermo en cuestión sino a  nivel local, porque lo peor era que cuando un habitante era "maldito", el resto del pueblo sabía que pronto empezarían a caer otros vecinos. Durante la Edad Media las intoxicaciones con ergot eran tan frecuentes que se crearon hospitales donde los frailes de la orden de San Antonio se dedicaban en exclusiva a cuidar de estos enfermos.  Estos hospitales se situaron estratégicamente a lo largo del camino de Santiago, que se consolidaba por aquellos entonces como el top de peregrinación de la Europa cristiana.
Los nórdicos y centroeuropeos, con síntoma del fuego de San Antonio, acudían en peregrinación a Compostela. A lo largo de la andadura pedían a los clérigos Antonianos que mitigaran el daño de sus extremidades gangrenadas tocándolas con el báculo en forma de Tau. Así las extremidades iban mejorando poco a poco encontrándose sanos al llegar a Santiago. El toque de báculo parecía funcionar: los enfermos mejoraban a medida que realizaban el camino hacia Santiago.

No se descubriría la explicación hasta mucho más tarde: aquella enfermedad era producida exclusivamente por la ingestión de pan amasado con harina de centeno contaminada por el cornezuelo del centeno, Claviceps purpurea, que se desarrolla sobre todo en los años húmedos y no muy fríos en las espigas del centeno.  Los enfermos de la edad media sanaban porque durante todo el camino por España ingerían pan de trigo, eliminando poco a poco las toxinas generadas por el vil hongo. Muchas veces cuando volvían a sus países volvían a ser "castigados por Dios".  A esto se le llama ergotismo. Su color es negro violáceo y con una forma parecida al espolón de un gallo. El cornezuelo tiene la propiedad fisiológica esencial de provocar la contracción de las fibras musculares, en especial las lisas del útero y de los vasos sanguíneos. El alcaloide principal del cornezuelo del centeno es la ergotamina, que es un paralizante periférico del sistema nervioso simpático.

 
La última gran intoxicación debida al ergotismo parece que tuvo lugar en Francia en 1951. Fue el caso del “pan maldito” de Pont-Saint-Esprit.  Aunque aun se sigue elucubrando sobre las verdaderas causas de la intoxicación colectiva, el hecho es que una parte de la población, de súbito y misteriosamente fue afectado con una crisis de locura masiva y alucinaciones. Al menos cinco personas murieron, cientos de personas resultaron afectadas y decenas internadas en asilos. En aquel mismo momento se habló de ergotismo. He encontrado el artículo de Life  en el bendito Google Books de aquella semana, y pone un poco los pelos de punta.

 
El cornezuelo tiene forma alargada, dura, curvada y de color marrón oscura - negro - púrpura en el exterior y blanco en el interior. Si tienes la más mínima duda sobre él rechaza todo tu grano. (aunque crece normalmente sobre centeno, también puede darse sobre el trigo).

domingo, 12 de febrero de 2012

Trigo del país. Limpieza de un grano rústico

Los que han seguido más o menos las andanzas de este blog saben que la producción que finalmente obtuvimos de nuestro trigo no daba para mucha experimentación. De haber obtenido, que se yo, digamos 30 kg nos habríamos permitido los lujos de haber practicado un poco con el trigo barbilla para hacer diferentes molidos, cernidos, amasados, diferentes panes, pero las ratas nos privaron de ese tan buen propósito.
Motivación frustrada-> buscamos desesperados trigo del país, para poder seguir experimentando con ese trigo que no obtuvimos es cantidad -digamos- apropiada. Y es que se nos ve el sesgo, esta isladepan es un poco un ejercicio de locavorismo. Entre nosotros tratamos, en la medida de lo posible y sin caer en talibaneces, de alimentarnos de lo que se produce en la isla. No se trata de ser radical, pero últimamente me dan ganas de serlo a raíz de haber escuchado a algún político canario decir que aquí solo hay  clima para producir papas, plátanos y tomates.


Ninguno de los componentes de isladepan pretendemos dedicarnos al comercio del trigo. En la isla, no hace mucho tiempo el trigo era un cultivo mucho más ligado al ámbito familiar, y con nuestro proyecto hemos conseguido acercarnos a una cultura de la que nos hemos desprendido de una manera vertiginosa.  Apenas en tres generaciones  -hablamos de nuestros abuelos-  hemos olvidado algo que estaba presente en la vida diaria. No hablamos de adentrarnos en los jeroglíficos de Tutankamón, la isla está plagada de eras que hace menos de 50 años se petaban de vecinos en búsqueda de esas reservas de grano para pasar el invierno.
Tampoco pretendemos ser autosuficientes. Mucha gente que cae en este blog, (así como mucha de la información que hemos recolectado, especialmente en cuanto a la conservación del grano o las técnicas manuales de limpieza o trillado) vienen de páginas de la autosuficiencia. Nosotros tenemos nuestro trabajo que nada tiene que ver con la agricultura, y nos gustaría mantenerlo (que la cosa está cada día más difícil). Igualmente apreciamos la labor de los agricultores, y nos gustaría que ellos pudieran vivir dignamente de su trabajo. Hoy en día, los agricultores son para nosotros superhéroes, y ya los cerealistas semidioses. Nuestro ideal sería comprar harina de trigo local.

La Cooperativa de la Candelaria suele vender trigo del país, pero el 2011 fue un año horrible para los cerealistas de Canarias, de manera que no vendieron nada a la Cooperativa para guardar al menos la semilla para el año siguiente. Preguntando a unos y a otros encontramos a un panadero (J. de Panes de Mundo) quien nos pudo conseguir trigo del país. El había comprado 150 kg a una agricultora de San José de los Llanos, quien parece que rota con cereal sus cultivos de papas. En aquel momento conocimos a Panes del Mundo. Panaderos entusiasmados de su trabajo: siembran sus variedades de cereales (para su autoconsumo y mantenimiento de variedades antiguas), compran trigos ecológicos de medio mundo… muelen y hornean panes de todo tipo de formas y sabores. Todo un oasis en este desierto de baguettes precongeladas,  y panes cargados de guarrerías. Este oasis se encuentra en la Crtra. de San Bartolomé de Geneto, n173 en La Laguna. Quien pueda y quiera ahí está.

El día que nos hicimos con los 30 kg de grano éramos los más felices del mundo. Nuestro hallazgo me recordó la historia de Alisa Smith t J.B. MacKinnon, autores del libro y proeza “The 100-mile diet”. Ellos se propusieron alimentarse exclusivamente durante un año completo de productos cuya procedencia estuvieran en un radio de 100 millas de Vancouver (donde ellos residían). El libro nos relata su proyecto con un montón de humor y frescura, pero es que además se topan con la fría realidad de su ubicación geográfica, y retoman costumbres perdidas como la elaboración de conservas. Y en ese sentido su proyecto y el nuestro comparten realidades muy comunes.
Una de sus mayores crisis es debida a la inexistencia de un suministrador de harina (y eso que Canadá es uno de los primeros países productores).  Aprendieron a sustituirlo por patata, por frutos secos, pero en cierto momento confiesan no poder más. (“We need to get some wheat or I´m going to go out of my fucking mind”- grita el autor en cierto momento del libro). El trigo fue quizá, lo que más hiciera peligrar su propósito.
Ahora nosotros teníamos 30 kilos de trigo del país. Moleríamos 1 kilo a la semana, y nuestros panes pasarían a ser, a partir de ahora panes del país. ¡Toooma! El trigo traía bichillos (¿Que hay de nuevo Oulema?), así que metimos la mercancía en bolsas zip para irlas pasando -por tandas- al congelador por periodos de 4-5 días. De esa manera quedaron fulminados toda la proteína (animal) extra  que nos habíamos encontrado. Después metimos todo el trigo en contenedores de plástico (de 15 lts) que tuvieran un buen cierre hermético (los conseguimos en una fábrica de pinturas).
Trigo del país, trigo rústico con ciertas impurezas
Pero debíamos enfrentarnos con otra realidad. El trigo venía tal cual sale de la trilladora. Ignorantes de nosotros que nuestra experiencia consistió en trillar a mano, nuestro trigo quedó después del proceso de la avienta razonablemente limpio y listo para usarse. Pero no, las trilladoras mecánicas sacan un producto llenito de otros granos, piedras de forma similar a un grano de trigo, insectos, palitos de otras plantas… a todo ello también hay que añadirle granos de trigo cariados (tizón, carbón)  que igualmente había que separar. Limpiar el trigo es algo que nunca habíamos pensado que llevara tanto tiempo: 1 kilo nos llevó algo así como 5 horas. Viertes el kilo de poco a poco en una mesa, y en tus ratitos libres y armado de paciencia: piedrecita a la derecha, tres granos a la izquierda, insecto muerto y trigo cariado a la derecha, granito a la izquierda… así hasta conseguir el kilo limpio. Cuando consigues tener tu kilo limpio lo miras como si aquello fuera oro. 75 gr aprox de caca variada por kilo de trigo del país. Ahora cobra más significado para nosotros la expresión "trigo limpio" !!

El manual Soler Triticultura, Molinería, Panadería de Narciso Amorós dedica un capítulo entero a la limpieza del trigo. Tengo una edición facsimil del original que se publicó en 1904 (9 eurillos). Lo bueno de estos libros antiguos es que se acercan más a nuestras realidades tecnológicas que las de cualquier manual de hoy en día sobre molinería o triticultura.Y así comienza:

Reconocido el trigo que se ha de molturar, pesado o medido según proceda y efectuada, en suma, su adquisiciópn, comienzan las operaciones de molienda que en abreviada síntesis vamos a exponer. La primera e indispensable para las subsiguientes es la limpia del trigo, pues por muy escogido que sea éste, siempre lleva consigo cuerpos extraños que impurificarían las harinas obtenidas.

¿Como queríamos evitar nosotros este paso? Una vez más: la ignorancia qué atrevida es! 5 horitas para 1 kilo... y la gente pagando por clases de meditación. Jajaja...
El Sr. Narciso Amorós nos habla de hasta 6 pasos diferentes para dejar el trigo limpio:
1) Cribas para limpiar el grano por su tamaño;
2) Tararas para limpiarlo por densidad,
Tarara gabacha de algún museo regional perdido
3) Deschinadoras para separar los cuerpos de mayor peso, piedras en mayor medida :-)
4) Separadoras de semillas, para eliminar los de diferente geometría
5) Columnas despuntadoras, que tratan de arrancar al grano las impurezas adheridas,
6) Cepilladoras, máquinas lavadoras y aparatos magnéticos, para eliminar polvo, elementos metálicos (provenientes de la trilla y tantos otros aparatejos que entre tanto pudieran haber dejado esquirlas metálicas).

Todas estas máquinas fueron suplidas por nuestros dedos y mucha paciencia, y os juro que topamos con cada una de esas impurezas hasta dejar aquel trigo limpio: semillas negras, piedritas, piedrolos, insectos muertos, trigo cariado... obviando que casi un 30% del grano se trata de centeno!!
Una imagen vale más que 100 palabras, así que aquí teneis dos imágenes del resultado: impurezas a la izquierda y trigo limpio a la derecha.

Impurezas y trigo limpio, resultado de 5 horas de deseperación meditación